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Miercoles, 29 de Noviembre de 2023

La agricultura artesanal, principal problema para la sostenibilidad de los suelos en San Andrés

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La semana pasada expertos del IGAC empezaron a recorrer el archipiélago

para realizar los mapas de coberturas vegetales y de las áreas homogéneas

a escala detallada.

24 de febrero de 2014. Aunque la isla de San Andrés cuenta con 2.700

hectáreas, tan solo una tercera parte, ubicada en la parte baja, cuenta con suelos

aptos para la agricultura. El resto de su territorio está ocupado por viviendas, vías,

comercio y hoteles.

Sin embargo, los isleños se las han ingeniado para aprovechar los suelos aptos

para cultivar productos como yuca, plátano, caña, melón, patilla y batata, pero sin

cumplir con ninguna técnica de siembra que no ponga en riesgo la sostenibilidad

del suelo de la isla en el futuro.

La “agricultura artesanal” de los campesinos de la isla empieza con escoger un

parche de arbustos (que no superan los 10 metros de alto), los cuales son

retirados retiran hasta dejar el terreno “pelado”; en algunos casos queman la

vegetación antes de la siembra.

Cuando el terreno ya no tiene indicios de verde y su tierra se pinta de un color

rojizo, estos agricultores instalan varios montículos de tierra en el parche, en

donde plantan las semillas; finalmente, para bajarle la acidez al suelo, utilizan

gallinaza como fertilizante.

Culminada la cosecha abandonan el parche y empiezan a buscar otra zona verde

para continuar con su agricultura artesanal. En menos de un año, el parche vuelve

a regenerarse, pero poco a poco su suelo va perdiendo calidad.

Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, que desde la semana psada

empezó a realizar el levantamiento de la información de los suelos y la vegetación

de todo el archipiélago, incluidas Providencia y Santa Catalina, este tipo de

actividades generará que en algunos años los suelos ya no sean aptos para

ningún tipo de cultivo.

“Esta agricultura no está tecnificada, ya que no cuenta con ningún patrón de

siembra. Los campesinos utilizan cualquier terreno que consideren viable y luego

lo abandonan, sin realizar ningún tipo de tratamiento. Esto le quita características

físicas, químicas y biológicas al suelo, que en el futuro no se podrán recuperar”,

manifestó Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC.

Durante el primer semestre de este año, expertos del IGAC trabajarán en el

estudio de suelos del archipiélago, el cual arrojará información para elaborar los

mapas de coberturas y de áreas homogéneas a una escala detallada de 1:5.000,

que a su vez servirán de insumos para el ordenamiento territorial.

Baja profundidad, la razón de los montículos

Luego de analizar varios puntos en la zona baja de San Andrés, expertos del

IGAC identificaron que después de 20 centímetros de profundidad su suelo se

vuelve coralino, que por estar tan compactado y duro no puede ser traspasado ni

por una pica, mucho menos por la raíz de un árbol.

Por esta razón, los campesinos concluyeron que para poder cultivar tenían que

ingeniárselas. Así fue como empezaron a hacer pequeños montículos de tierra

para sembrar productos como la yuca.

Este hallazgo también explica la mayoría de la vegetación de San Andrés, que

solo cuenta con arbustos de porte más bien bajo y con palmas, las cuales a pesar

alcanzar alturas de hasta 15 metros, cuentan con raíces cortas y delgadas que se

extienden como un penacho.

Uno de los isleños de la zona baja de San Andrés, que se dedica al cultivo de

Yuca, aseguró que cosecha entre 3 y 4 veces al año, y que su negocio es tan

rentable que siempre vende todo el producido a importantes cadenas hoteleras de

la isla; tan solo en su última cosecha alcanzó a producir 4.000 libras de yuca.

Suelo isleño de buena calidad

Las muestras realizadas esta semana por el IGAC indicaron que los suelos de San

Andrés son de buena calidad, razón por la cual pueden sembrar a pesar de la

poca profundidad y sin la necesidad de aplicar fertilizantes químicos.

Pero los campesinos de la zona indicaron que algunos productos, como la papaya,

no pudieron ser sembrados, según ellos porque el suelo tiene demasiado potasio.

La agricultura en San Andrés solo se presenta en su parte baja, ya que cuenta con

pocas viviendas, territorios tupidos con bosques de arbustos y una pendiente baja

(que no supera los 3 grados).

La parte media es una montaña de aproximadamente 280 metros sobre el nivel

del mar. En la parte superior está la zona turística, hotelera, comercial y

residencial de San Andrés, donde la vegetación es casi nula.

“Los agricultores de San Andrés son pieza clave para el levantamiento de suelos

que estamos realizando, ya que son ellos los que conocen el territorio y las

tradiciones agrícolas que se han desarrollado en la isla. Por esta razón

contratamos a dos isleños para que guíen a los expertos del IGAC durante este

semestre”, puntualizó Nieto Escalante.

Última actualización Lun, 02/24/2014 - 11:02